martes, 17 de septiembre de 2013

El juego de estereotipos: vegetarianos y carnivoros

Aprovechemos la contigencia dieciochera para poner unos cuantos puntos sobre las íes

La gran pregunta que queda de este artículo es de dónde proviene esa aversión cultural al veganismo. Vamos descartando teorías


"Soy un animal carnívoro"





El primer argumento para defender una dieta omnivora es que somos capaces de digerir la carne, disfrutarla, y alimentarnos de ella. Lo que es, objetivamente, innegable. 
Lo ridículo es el tono que usa en general la gente para referirse a este punto, como si fueran "grandes depredadores" en vez de unos animales laucheros y domesticados que van al supermercado a "cazar su presa" en una bandejita de plumavit. Estas criaturas salvajes prefieren la carne teñida de colores y desmembramientos irreconocibles para no llegar a incomodarse con la idea de la muerte. Les da repugnancia manchar sus manos, a ellos, príncipes de la fauna animal, con la mundanidad primitiva de tener que matar a otro ser.
En otras palabras, la mayoría de los casos se trata más bien de carroñeros de supermercados, que en su comodidad, nunca han matado a una mosca pero se jactan de su instinto asesino.
No somos depredadores, pero existe una cultura en torno a la comodidad y el placer, que no tiene sentido negar pero si reevindicar de manera menos egoísta.


La soya transgénica


Otra antítesis que resuena respecto al vegetarianismo es que la soya no representa una alternativa válida a la carne en un sentido ético ni ecológico.
Porque, OBVIO, no carne = soya. Y también soya = Ades.
Aquí hay muchos puntos inventados y asumidos.
De partida los vegetarianos no se alimentan en base a soya (?), es parte de la dieta de la mayoría, si, como cualquier otra legumbre. No sólo los veganos comemos soya. La mayor cantidad de soya se produce para alimentar ganado y aves de corral. 
En segundo lugar, Ades es una marca relativamente cara y está en la lista negra vegana por pertenecer a Unilever (conglomerado de empresas que acredita la salubridad de sus productos experimentando en animales).
Hacer leche de soya con porotos no sólo tiene más usos, como salsas saladas y espesas, sinó que también es muchisimo más barato. Sin mencionar la cantidad de "leches" vegetales en el mercado como la de almendras, avena, etc..
En tercer lugar, ignorando los anteriores supuestos, quedando los veganos de frente con la industria criminal, dudo muchísimo que el "ENORME" porcentaje de población vegana sea el responsable de la explotación desmedida de los campos de cultivo y las selvas amazónicas.



Como si las granjas de animales fuesen por otro lado una industria ética y ecologica, como si cualquier producto animal en la ciudad no contuviera directamente hormonas. Pero eso no es escandaloso para algunos, al contrario, es incómodo. Al igual que los cultivos de maíz, por eso no se suele mencionar. 
En fin, es un tema común a todos y no tiene sentido tratarlo a nivel tan básico y reducir el problema a un sólo cultivo, ni menos a una sola cultura. 


Fundamentalismo religioso





Otro aspecto curioso es el mito que los veganos viven en una cultura aparte donde se sacraliza distantemente a los animales. Muy por el contrario, nos autoreconocemos como animales sociales, sobretodo desde que dejamos de ser "el tirano" de la fauna. La mayoría de los veganos quisieramos comer leche y huevo, pero no en las condiciones en que se producen, sobretodo en la ciudad. Simplemente se trata de socializar con otras especies, retroalimentarnos como la sociedad que inevitablemente somos. Te doy comida, me das huevos. Te doy un techo, me das leche. Perfecto. Pero te torturo, te despellejo, a tus crias, y luego te envaso, es un mecanismo social del que algunos preferimos abstenernos.


Cerrando cuentas


No hay que ser vegano para recoger un perro de la calle. No hay que ser vegano para rescatar unas chinchillas antes de que les arranquen la piel. No hay que ser vegano para comerse una humita en vez de una salchicha. No hay que ser vegano para preferir productos que no experimentan con animales. El veganismo es una opción personal que no es la protagonista del conflicto social entre hombres y animales, animales somos todos. 
Si usted piensa que es legítimo explotar otras especies, haga el favor de no caricaturizar infantilmente o intentar bajarle el perfil a la gente que trabaja puntada a puntada por una causa solidaria y desinteresada.
Maten sus presas, por hambre o por placer, róbense la carne de los supermercados, no usen afeitadoras Gillete, prefieran productos libres de explotación animal. Volvamos a ser animales.


cerramos con una de los rapers Consolidated

3 comentarios:

  1. Tienes razon todo el rato, pero me molesta muchisimo el tono...no es un mito que creen ser mejores que le resto, el creerlo en desmedro, desprecio al otro invalida serlo. De una persona que simplemente no come carne.

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  2. es verdad lo del tono, lo comentamos el otro dia. lo otro no lo entiendo.
    es complicado escribir de la otra vereda, pero estamos trabajando para usted.

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  3. Me gustó mucho tus argumentos y la verdad el tono que usas no me parece algo inapropiado ya que si causa enojo este tema en particular si lo vemos desde un punto en donde reflexionamos sobre nuestra dieta y vemos por los derechos de los otros seres vivos.

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